Tenía preparada una entrada sobre creencias, pero la actualidad me altera la planificación.
Parece ser que este fin de semana pasado se ha producido un mínimo histórico en el número de accidentes de tráfico. Sólo tres víctimas mortales frente a los treinta que hace algunos años no nos sorprendían cada lunes.
Lo que me ha llamado la atención no ha sido la cifra, sino el modo tan lúgubre del presentador al comunicarla. Pareciera que no se alegraba de que haya habido tan pocos accidentes y con menor gravedad que otras veces.
Claro que es también una mala noticia. Tres fallecidos implican que no hay órganos que trasplantar. Familias condenadas a esperar una semana más a que se produzca un fallecimiento que pueda proporcionar a sus seres queridos con un órgano que les permita seguir viviendo.
¡Qué paradoja! Cuando la muerte se puede convertir en vida, que desciendan las muertes puede ser una mala noticia.
Sed felices
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