miércoles, 25 de noviembre de 2009

La maté porque era mía.

¡O conmigo, o con nadie! ¡Tu no eres nada! Sin mi…¿dónde irías? !Eres una cualquiera! y otras frases similares no son tan raras de escuchar aún en nuestros días. El problema no es que lo diga un varón, buscando someter a su pareja de un modo enfermizo y destructor. El problema es que he escuchado estas frases a mujeres, a madres que se las decían a sus hijas buscando someterlas anacrónicamente a una realidad que ya no existe.

hombre y mujeres Los medios, y las campañas institucionales ponen el punto de presión en los hombres a la hora de luchar contra la violencia machista, y es que por desgracia el hombre es el brazo ejecutor de la masacre. Sin embargo no estoy de acuerdo de que este sea un problema de los hombres, sino que creo que es un problema de mujeres. Unas mujeres que permiten que un hombre las grite, que permiten que un día les den una bofetada, que creen que un violento se cura, que creen que es obligación cristiana el soportar a un energúmeno, que creen que no pueden hacer nada, que no son nadie.

No se publican las características de las victimas con la profusión con las que se publican las acciones de los asesinos, y es que si se publicasen nos podríamos ver en ellas todos. No es que no sean útiles, es que muestran una realidad que no nos gusta. Es preferible mostrar al monstruo que prevenir a la víctima. Si un hombre de 50 años mata a su mujer es un asesino machista, pero si un chico de 16 golpea a una chica es un problema de violencia juvenil, de una juventud desquiciada.

No hacemos nada por igualar los sexos, que creo que es la base del antídoto contra la violencia, y si por mostrar que luchamos por la mujer. La última campaña a favor de la igualdad de la mujer (con respecto al hombre) parte de una frase que creo desafortunada: Ninguna mujer será menos que yo. Ningún hombre será más que yo.

Esta frase deja claro un mensaje: la mujer es cuanto menos igual que el hombre y de ahí… “p’arriba”. No es el mensaje, no. Hombres y mujeres somos iguales como personas, y ese es el antídoto contra la violencia. Si somos iguales como personas, no hay machismo, ni feminismo. No hay victoria de un sexo sobre el otro, y ganaremos además la riqueza de nuestros sexos, librándolos de arquetipos y enriqueciendo las relaciones.

El camino es el respeto, y la meta es la igualdad. Las madres han de comprender que no tienen que educar a sus hijas en el sufrimiento, y los padres han de educar a sus hijos en la igualdad. Los padres han de decirle a sus hijas que ningún hombre es superior a ellas, y las madres han de enseñas a sus hijos que las mujeres no son objetos que se poseen.

El problema no es de machismo, este es consecuencia. El problema no es educativo, es de valores. Somos una sociedad hipócrita que cambia formas, pero no fondos, y que cuando se ataca la intolerancia se vuelve atacando al cambio (un ejemplo: la reacción de algunos sectores frente a Educación para la Ciudadania). Valores que hemos de cambiar fomentando la tolerancia frente a la intolerancia, fomentando la denuncia y el desprecio frente al silencio y la resignación. Hemos de luchar por que las mujeres que son maltratadas no se vean afectadas por la duda social de si lo harán por sacar beneficios en las escuelas (madres que denuncian malos tratos para meter a sus hijos en un colegio), divorcios (ventajas en un divorcio), trabajos (mayor protección a las mujeres con riesgo), etc. Hemos de luchar por que los chicos no sean unos machos y las chicas unas fulanas. Hemos de luchar por que al mismo trabajo haya la misma remuneración. Hemos de luchar por cambiar la sociedad y que no nos fijemos en si alguien es mujer u hombre, heterosexual u homosexual, creyente o no creyente, tirio o troyano.

Sólo cuando comprendamos que la igualdad, y por lo tanto no discriminemos de ningún modo, es la meta, realizaremos como sociedad lo que sea necesario para que ningún ciudadano se vea afectado por la violencia machista, homófoba, religiosa, deportiva, troyana…

sábado, 21 de noviembre de 2009

Acabemos con la pornografía infantil.

Pornografía infantil NO Se que llego tarde a la cita, ya que ayer 20 de noviembre era el día en el que lucharíamos desde los ceros y los unos contra una de las lacras de Internet: la pornografía infantil.

Creo que haya nada malo en la pornografía, si se produce legalmente por empresas serias y por profesionales bien pagados que realizan esta actividad por su conveniencia, y por que existe un público que consume el producto. Esta industria, nos guste o no, genera parte de la riqueza de los países en los que está establecida, ya que pagan impuestos y generan comercio.

El problema viene cuando esta pornografía se realiza empleando a menores, que por su condición están desprotegidos, produciéndose de este modo un abuso que en el caso de los adultos no tenemos problema en denominar “violación”, aunque no coincida con lo que describe el Código Penal a respecto.

La pornografía infantil no es tan habitual en Internet como nos dicen, pero es una de esas cosas en las que con un solo caso ya hay muchos. Por lo tanto, aunque pensemos que la pornografía es un negocio, la pornografía infantil es un delito y por lo tanto hemos de denunciarla tan pronto como esta sea detectada. Puede que el consumidor sea un enfermo que deba ser tratado, pero no puedo mostrar conmiseración con ellos, ya que su mal genera que niños sean explotados y abusados, hasta el punto de su muerte física, y en muchos casos marcados en su psique con taras que les seguirán todos los días de sus vidas.

Pero no solo en Internet, también en nuestro día a día. Esas personas que conocemos que viajan solos a Cuba, a Tailandia, y a todos esos destinos exóticos en los que es más fácil que en nuestros barrios conseguir la carne que estos enfermos creen necesitar. Sólo mediante el ostracismo a los pederastas, y la denuncia de los casos que detectemos es como podremos reducir, y espero, terminar con esta práctica abusiva.

Es lo que creo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Por las noches veo muertos

Como todas las noches, podía ver al Conde Duque, a la Princesa, a las Infantas con sus ojos mates posándose en él. Gran DuqueNo decían una palabra. No hacían un sonido, pero su majestuosidad seguía ahí, aún después de muertos.

Muertos hace tiempo, pero presentes aquí. Como cada noche, la visión de estos muertos le hacía comprender lo afortunado que era por poder verlos. No todo el mundo tenía las posibilidades con las que él contaba.

Aquellas salas y pasillos, con sus habitantes entre inquisidores y juguetones dejarán pronto de ser recorridas habitualmente y serán observadas a distancia, monitorizadas fríamente en blanco y negro. Los egregios habitantes se quedarán solos. No se les verá, será como morir de nuevo.

El almacén será vigilado ahora por otra empresa y sus lienzos protegidos por otro, y él ya no verá muertos por la noche.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Soluciones para los problemas de incontinencia

Es mucho lo que ha avanzado la ciencia médica, solucionando los problemas de incontinencia de diversos modos, y paliando los efectos de dicha dolencia.
712590_92315386Pañales o compresas de todo tipo y tamaño pueden encontrarse en dispensarios, centros médicos, hospitales y despachos de farmacia. Estos, puestos a disposición de la sociedad incrementa la calidad de vida de sus miembros.
Pero, aunque la industria de la celulosa nos ha provisto de tan útiles herramientas, no ha sido capaz de proporcionar a la sociedad de un remedio que disminuya los efectos de otro tipo de incontinencia: la verbal.
Todos sabemos lo dados que están siendo personajes públicos y portavoces varios en excretar en modo de sentencias lo que no ha más que insultar a las medianas inteligencias que conformamos el promedio de esta sociedad. No quiero imaginarme cuanto han de sufrir las mentes más preclaras del país, que han de tener más sensible el sentido.
Espero que encuentre pronto la industria solución a tanta prédica y discurso que nos permita contener los humores no compatibles con una sociedad como la nuestra: democrática.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Sobre los Templos Municipales

Como todos sabemos, este país es declaradamente aconfesional, tal y como indica el artículo 16.3 de la CE, y defendemos (en términos generales) la libertad de creencias de sus ciudadanos.

Viene esto a colación por dos cosas que me han venido a la mente y para las cuales creo que he encontrado una solución.
Por un lado, están construyendo una iglesia en mi barriada que sustituye a la antigua iglesia que hubo que derruir hace unos años. Durante este tiempo los católicos practicantes han tenido que ir a unos barracones para seguir sus ritos ya que al parecer la Iglesia Católica carecía de fondos para construir un templo.
Por otro lado, los ciudadanos que profesan otras religiones como la islámica, la judía, u otras ramas del cristianismo, carecen de templos en los que realizar sus rituales, debiendo desplazarse a otros puntos y centros en la ciudad.
Fuera de los días sacros y de las horas de rezo, los usos de las infraestructuras religiosas son menores. Se me ocurrió que dado que musulmanes, judíos y cristianos tienen distintos días sacros, viernes a domingo respectivamente, no deberían tener demasiado inconveniente en la posibilidad de compartir una infraestructura (edificio) para el culto que cubriese las necesidades de cada una de las religiones, y permitir a los distintos profesantes el cumplimiento de los preceptos de su religión.
Esta especie de iglesia/templo-sinagoga-mezquita tendría una titularidad municipal, y por ende estatal, pero no comprometería la aconfesionalidad del Estado. Es más, sería el Estado el que mediante este sistema garantizaría a los ciudadanos la posibilidad de practicar su religión en unas condiciones adecuadas.
Por otro lado, fuera de los horarios de culto, ser podría emplear los distintos locales anejos para las actividades que actualmente mantiene cada culto, pero acercándolo a los ciudadanos de todos los distritos de la ciudad, y no segregando en función de las confesiones que estos tengan.
Otra ventaja del sistema, a mi modo de ver, es que las actividades que se realicen en el interior de dichas instalaciones no pueden ir nunca en contra del régimen jurídico español, por lo que no podría actuarse conminando derechos de los ciudadanos, lo cual no quita para que cada confesión pueda opinar desde sus creencias, pero nunca metiéndose en el espacio político público, el cual queda claramente fuera del ámbito de las religiones, y razón por la que en los países avanzados, Iglesia y Estado están y deben estar separados.
Y lo que es más importante, dejaremos de ver esas desgracias de edificios que dicen que son templos y que en muchos casos afean la ciudad en vez de embellecerla.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Ciudadanía Paranoica

Hoy, primer día del mes de noviembre me he sorprendido en la ventana de la cocina en una especie de “déjà vu”.

Hace diez años vivía en Santiago de Chile. Un apartamento pequeño y coqueto en una calle pequeña y tranquila del “Pequeño Manhattan”, en la Comuna de Las Condes. En aquellos días fumaba, y tenía un área para hacerlo: la terraza del apartamento. Es un buen lugar para hacerlo ya que completa la intoxicación por los humos de las labores del tabaco con las curiosidades de tus vecinos.
He de decir, que frente a aquel apartamento había un edificio de cristales espejados, que reflejaba el nuestro, por lo que la visión desde mi terraza era virtual y reflejada en vez de real y directa. No pasa eso en mi actual casa, pero si en aquella.
En aquellos días de noviembre, estaba totalmente embutido en las apreturas del cambio de milenio, del apocalipsis del año dos mil y otras cuestiones similares. Responsable del proyecto de adecuar los productos para los clientes de la empresa en la que trabajaba, la tensión se mascaba aún cuando contábamos con un gran equipo de profesionales que nos soportaban, algunos de los cuales aún cuento como amigos.
La situación ante el cambio de milenio era paranoica. Era como la visión de mi edificio, virtual e inversa. Todos nos veíamos ante el fin de los días y, lo que es lo peor, se produciría al inicio de las vacaciones de verano (recordad que es el Hemisferio Sur).
En noviembre ya teníamos calor en Santiago, y como hoy en día en Madrid, la temperatura rondaría sobre los veintitantos grados.
La histeria de la ciudadanía la mantenía agazapada, acumulando latas y garrafas para el fin del mundo, la guerra consiguiente y los males apocalípticos que pudieran venir. Los que trabajábamos en el problema del Y2K, como se le llamó en aquel entonces, o el mal del milenio, estábamos algo más tranquilos ya que sabíamos que lo nuestro no fallaría (y no falló), y la cantidad de esfuerzo de otros como nosotros en resolver la situación.
Pero el resto de la ciudadanía vivía en la paranoia. Como hoy, en la que la ciudadanía está agazapada, callada, viendo venir los acontecimientos, esperando que sean otros los que resuelvan el problema, los problemas que tenemos, y que no son solo económicos.
No dudo que vendrá el frio (como todos los años), que se resolverá esta crisis (como todas las crisis), que ganará el Atlético (esto es fe) y que tendremos la oportunidad de que nos rompan las ilusiones una vez más en todos los ámbitos del estado (municipal, comunidad y nacional) por cuatro años más, y que volverá después el calor, otra crisis, perderá el Atlético y volveremos a ilusionarnos con los partidos políticos.
Lo bueno es que como hace diez años, yo no estoy paranoico y tengo amigos en los que apoyarme para hacer que las cosas mejoren.
¡Gracias, amigos!
PD – Si no llega el invierno, no hay nada como unas aceitunas con un cubata para cambiar de año.