miércoles, 31 de diciembre de 2008

Y llega el fin...

Como todos los años, llega el fin. Hoy acabamos con un año y mañana comenzaremos otro, que ya hemos llenado de esperanzas de que vaya mejor (que sea mejor), que nos proporciones mayores éxitos, que nos permita dejar de fumar, perder peso, estudiar esa materia que nos gusta, etc.

La verdad es que cada día es el primer día del próximo año, y por lo tanto nos deberíamos desear a diario el que nos vaya bien. No se me malentienda, no digo que acabemos con la celebración, sino que dejemos algo de esos buenos deseos para dosificarlos a lo largo del año. ¿Quién se acuerda del curso de Francés Gastronómico con la resaca del primer día del año? ¿Quién va a dejar de fumar justo cuando nos estamos yendo de copas, a la macrofiesta, o dónde sea?

Resumiendo: que tengáis éxito en alcanzar vuestras metas y no os planteéis imposibles, y que podáis hacerlo durante todo el año. Pensad que si no lo hacéis, no seréis ni mejores, ni peores, sino tan buenos y tan malos como lo sois ahora. Luego... ¿por qué nos hacemos esos propósitos?

Feliz Año.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Libertad de elección en el software

He leido esta mañana en el "blog" de Azag una entrada sobre la elección de software libre frente al software privativo.

Soy usuario de software libre porque no creo que sea correcto tener instalado un Windows "pirata" cuando puedes instalados otros sistemas operativos que funcionalmente me permiten hacer lo mismo.

Como no voy a entrar en el debate de si software libre o privativo, pues es equivalente a entrar a discutir sobre martillos de una marca o de otra, paso a exponer lo que pienso sobre la "libertad de elección".

Para poder elegir es necesario tener y conocer las opciones que existen . Hoy en día es muy difícil poder "elegir" software para un usuario corriente dado que el mercado ha aceptado como norma la preinstalación de software cuando compramos hardware, y sólo tenemos una opción en la mayoría de los casos (con lo que la elección no es posible). Por otro lado los fabricantes, de hardware, se han “acostumbrado a descargan” parte de la funcionalidad que debería desarrollar el hardware en el software que lo acompaña (normalmente sólo para Windows), haciendo imposible su uso de otro sistema operativo con su hardware. Esto sucede con el hardware de gama más bajas (y por ello más baratas y con mayor difusión), dado que los de gama media y alta se destinan a un publico más especializado y que busca prestaciones concretas.

Dado que la industria ha llegado a un acuerdo entre los proveedores de hardware y algunos de software, creo que para que exista libertad de elección para los consumidores y usuarios, esta ha de ser impulsada desde los organismos de Consumo, que deben velar por que los consumidores (técnicos o no) tengan a su disposición alternativas que les permitan decidir que necesitan y quieren. Mientras no se obligue a presentar opciones variadas a los consumidores, la cosa quedará como está.

En el caso de los usuarios profesionales (empresas, autónomos y profesionales liberales) estaríamos desde la opción de un consumidor corriente a necesidades muy específicas que deben ser tratadas caso a caso. Es en este punto donde (como profesional) he encontrado siempre que es muy difícil poder encontrar la información correcta sobre las capacidades de cada producto y opción (hasta el punto de ser necesario a veces realizar estudios concretos sobre cada producto), o esta información es tan cara que está fuera del alcance el obtenerla.

Como ya me he extendido bastante, diré que el software libre es tan bueno y tan malo como lo puede ser el software privativo, aunque debido a la enorme bateria de “probadores” que tiene detras, hay opciones de software libre que son muy superiores a sus equivalentes privativos. Esto no es generalizable, pues cada aplicación tiene unas características propias que han de ser analizadas en cada caso, y lo que puede ser adecuado para un usuario, sería totalmente inoperante para otro.

Es en la accesibilidad a la información sobre los productos y los productos mismos, en los que podemos establecer nuestra libertad de elección.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Facebook (o por los amigos perdidos)

Últimamente, unos trece meses, no he escrito nada en este blog, por falta de ideas, falta de tiempo, y otro tipo de faltas que no vienen a cuento.

La verdad es que ha sido un viejo amigo el que me ha "activado" de nuevo: el escritor Juan Pedro Molina.

Juan Pedro y yo estudiamos juntos el Bachillerato, cuando aquello era aún algo. No digo que hoy no lo sea, pero en aquella época, el Bachillerato era una demostración de que te estabas convirtiendo en adulto (o así lo creíamos).

Nos vimos (¿o nos encontramos?) en un par de ocasiones en la Gran Vía de Madrid. Luego me puse a trabajar, me marché de España (sí, he sido inmigrante allá donde fui), volví, y perdí el contacto con mucho de mi pasado.

Es ahora donde aparece Facebook, y aparece como una herramienta más que empleo para recuperar y mantener las relaciones que he ido haciendo por el mundo. Juan Pedro apareció de golpe buscando a antiguos compañeros de estudios, y he de decir que me alegré de encontrarle, y aún más cuando me aceptó la conexión.

Las redes sociales no nos encierran en casa, impidiendo el contacto con los demás, sino que nos abren un modo de contacto más.

Bien por las redes sociales.

Espero que más, pronto

PD1 - Para que no parezca que hago proselitismo de Facebook, diré que también pertenezco a LinkedIn, Plaxo y Xing, aunque estas tienen un enfoque más profesional.

PD2 - Para aquellos que lo deseen les recomiendo el blog de Juan Pedro: