Como todas las mañanas, tras levantarme, y antes de hacer un maravilloso café, leo los titulares de la prensa del día.
No es que le dedique demasiado tiempo, pero si el justo como para tener una mínima idea de por dónde vamos.
Esta mañana entre las cosas habituales, que si un bombardeo en Trípoli, que si un guerrillero muerto, o que si Fukushima mejora, me he encontrado dos noticias relacionadas con detenciones e imputaciones.
Por un lado al director porno Pablo Lapiedra lo han detenido por emplear a menores en sus películas, y por otro a Ana Rosa Quintana la imputan por coaccionar a una deficiente psíquica que ha declarado en su programa lo contrario de lo que dijo ante el juez, imputando a su marido un infanticidio.
Bueno, no es que haya más noticias, sino que estas dos tienen algo en común: la avaricia.
Lapiedra se fue a Colombia para reducir los costes de producción, pagando menores sueldos que los que se cobran en España por el porno, y según la noticia, empleó a su excompañera para reclutar chicas para sus películas.
Un negocio sobre el que no tengo nada que decir, pero en el que por motivos obvios no deben participar menores. Lo mismo opino de las fábricas de material deportivo en las que se contrata a menores.
Lo de Ana Rosa es ya llover sobre mojado. Esta mujer es capaz de cualquier cosa con tal de seguir siendo AnaRosa. Bueno, está por ver que es lo que determina el juez, y sabiendo como sabemos que la víctima es una deficiente psíquica, que vive de la caridad, mucho me temo que quede en nada. Como siempre.
Algo va mal si este tipo de personas son premiadas con nuestra audiencia, o comprando sus productos. Somos una sociedad con unos principios marxistas (de Groucho, no de Karl), y los cambiamos cuando no nos gustan.
Espero que el día vaya mejor.
Sed felices.
PD: Toño, siempre hay algo que contar.
Madre mía, acabo de leerlo. Voy con cierto retraso. Temporalmente hablando, claro.
ResponderEliminarNos vemos :)