jueves, 27 de enero de 2011

Dragones

Yo nunca he escuchado rugir a un dragón. ¡Cierto! Aunque haya viajado y visitado muchos zoológicos en varios continentes, he de reconocer que nunca he escuchado rugir a un dragón.

Drake_på_en_medeltida_vävnad,_Nordisk_familjebokNo es que sea muy importante, pero hace unos meses un amigo sordo me preguntó cómo sonaba un dragón. Y no supe contestarle.

Me preocupó un poco pero me di cuenta de que tampoco lo había visto. El ciego al que le compro el cupón, tampoco ha visto un dragón.

¿Cómo olerá un dragón? Si es como nos lo pintan, debe oler como los cocodrilos. Los cocodrilos huelen a agua de pantano. Su tacto es frio y acerado. ¿Será ese el tacto de los dragones?

¿A que sabrá un dragón? No como los pueda preparar Ferrán Adrià, sino más tradicional, así en plan asado. Se como sabe la serpiente, y los dragones son serpientes que vuelan. ¿Sabrán igual?

Claro que nadie que yo conozca ha visto, oído, olido, tocado o probado a un dragón. Es imposible. No se puede ver, oír, oler, tocar o comer un dragón.

Propongo entonces que todos los idiotas del mundo se conviertan en dragones, para no verlos, para no oírlos, para no olerlos, ni tocarlos y desde luego para que no te encuentres con que tienes a un idiota en tu boca.

Sed felices.

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