Para muchos, ayer determinaba el final de las Navidades, unas fiestas que comienzan el día 22 de diciembre con el Sorteo Especial de la Lotería de Navidad.
Son dieciséis días de sobredosis buenil y exceso gastronómico y comercial.
Parece que en llegando estos días, a uno le diese por demostrar lo bueno que puede ser, acentuando este comportamiento en torno a los días de Navidad y de Año Nuevo.
Que ves al vecino ese seco al que no saludas durante todo el año, porque es más estúpido que hecho de encargo… “'¡Hombre, vecino, feliz {Navidad/Año Nuevo}!” “¡Qué tengáis buena noche!” “Feliz Entrada/Salida de Año!”…
O ese otro que durante todo el año intenta pasar desapercibido, y que en estas fechas tímidamente saluda…
Bueno, hoy es 7 de enero. Hoy empieza el proceso de rebajar esa resaca Navideña, que tan hábilmente prolongan los comercios mediante las Rebajas, y meter en cajas las bolas, el espumillón, las luces, el árbol, los pastorcitos, las felicitaciones vacías y los buenos deseos de purpurina. Puede que me deje algo, pero si es así, métase en una caja.
Pondremos las cajas bien etiquetadas y embaladas en los trasteros, altillos u otros lugares en los que colocamos los elementos de temporada y esperaremos pacientemente a que pase otro año de normalidad, para volver a ese periodo mágico que parece que son las Navidades.
Sed felices.
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