Leo con cierto estupor que un sindicato policial se ha marchado a Bruselas a quejarse de la inactividad de los políticos. Buscan poder depender del poder judicial en vez del ejecutivo.
Me queda claro que estos señores desconocen, o hacen como que desconocen las funciones de cada uno de los poderes, razón por la que es una aberración que la Policía dependa del Poder Judicial, así como es que dependa del Legislativo.
Pero me pica la curiosidad y me voy a la web de esta asociación, y no deja de llamarme la atención con cuanto empeño y esmero denuncian anomalías y declaraciones de los demás. Es evidente que este sindicato no comulga con el principio de que en democracia, el poder es del ciudadano y no de los de la porra.
Que unos políticos le pongan seso a un problema de convivencia y no les dejen arrasar la Puerta del Sol para limpiarla de vagos y perroflautas les supone un estrés tan grande que tienen que plantarse. “Hasta aquí hemos llegado”, titulan un articulo en su web, en la que hacen gala de la denuncia que han puesto contra El Mundo por “poner en sus páginas <<todos sabemos que hay nazis dentro de los antidisturbios>>”.
No es que El Mundo sea un periódico de mi devoción, que no lo es, pero a estos señores les hace falta más de una clase de lengua española. Hemos visto videos de estos días en los que se ven los excesos de algunos miembros de las fuerzas de orden. Comportamientos que los ciudadanos normales denominamos como nazis o fascistas, con independencia de los que diga la RAE, la cual por cierto nos viene a dar la razón al definir el término como “Excesivamente autoritario”.
Estos señores quieren aplicar porra, porra y porra para que todo sea una balsa de aceite. Sin manifestaciones no hay porra, si todo el mundo obedece, no hay porra. Esos perroflautas, vagos, haraganes y desgraciados que no hacen más que repetir “conozco mis derechos”, son la causa por la que hay problemas. Si ellas se quedaran en casa, y ellos se pusiesen a trabajar…
Pues eso, que espero que en Bruselas se partan un poco la caja, y les recomienden algún curso de jardinería zen para que se relajen. Tenemos memoria histórica suficiente como para saber que es lo que no queremos: no queremos policías fascistas que controlen la calle. La calle es de los ciudadanos, inclusive de ellos cuando dejan la chapa y la porra y salen a pasear con sus hijos o a quejarse de lo que no les gusta.
Nosotros les respetamos, que nos respeten.
Sed felices.
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