lunes, 9 de mayo de 2011

Y por fin se acabó.

Hoy va a ser un día más tranquilo que los últimos quince días. Por lo pronto voy a recuperar mi coche y podré moverlo sin miedo a no saber dónde tendré que aparcarlo más tarde.

Durante las dos semanas del Torneo de Madrid, las calles de mi barrio son “secuestradas” por una ingente cantidad de vehículos que ahogan el espacio.

Son dos semanas de vértigo, en la que la relatividad de las normas se pone de manifiesto de modo singular.

Supongamos que tienes un simple Hyundai Tiburón, de más de 10 años, y lo dejas pisando un paso de peatones. Es evidente que la autoridad competente se responsabilizará de tamaña infracción y emitirá la correspondiente denuncia, que acabará en una sanción para el infractor.

Supongamos ahora que tienes un simple Audi Q7, negro, con cromados, llantas de esas de diseños, y te obligan a dejarlo en un paso de peatones, y montado sobre la acera. Pues no pasa nada, ya que el conductor ha mirado por no entorpecer el paso a otros vehículos, y no vamos a ser más papistas que el Papa, ¿no?

Y es que las cosas como son: suerte tenemos de que nos nos quiten nuestras plazas para hacer un parking para el torneo, aunque visto lo visto, lo mismo nos ponen parquímetros en la zona para regular el problema.

Mejor sigo haciendo lo que hago: dejo el coche aparcado durante dos semanas, agarro el transporte público y practicaré la yincana de esquivar los coches aparcados sobre la acera, las vallas que protegen los vehículos de los que tienen entrada del populacho, y a la cantidad de horteras que salen con sus fedoras de rafia de tan magno evento.

Total, es como las campañas electorales, sólo duran 15 días.

Sed felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario