jueves, 19 de mayo de 2011

Los antisistema

Toda la vida contándonos que a los cuarenta tienes que comprarte un Mercedes, y llega el momento de tener la crisis esa y te la pasan a los cincuenta, y del Mercedes, nada de nada, que la cosa no está como para endeudarnos lo más mínimo.

Luego llegas y te quedas con dos palmos de narices cuando te dicen que eres viejo y no das la talla para innovar, para adaptarte a los cambios y poder construir como lo hacías a los veintitantos.

El problema es llegar y creérselo. Creerse lo de la crisis del Mercedes (es una escusa cojonuda para comprarse un coche) y creerse que ya eres mayor, y que no puedes innovar.

dbnews_AcampadaSol_3Innovar es traer cosas nuevas, por ejemplo una sociedad más justa y menos dependiente de los movimientos especuladores de la banca. Una sociedad en la que los ciudadanos posean las ciudades. Una sociedad que no sea la sociedad del miedo.

Tenemos que innovar una sociedad para nuestros hijos que no sea la que nos han dejado. Necesitamos una sociedad que más justa, con sitio para todos. Una sociedad de los ciudadanos.

La ciudad se hace en la calle. Es la calle la que define a la ciudad. Cuando los que se quejan se juntan y protestan (declarar o proclamar un propósito) por que este sistema no les convence o porque les deja fuera, entonces es cuando a los que viven del miedo les entra el miedo.

Un miedo que se puede ver en la cantidad de artículos mostrando que los ciudadanos protestando son elementos subversivos que buscan el fin de los tiempos, o sugiriendo que son herramientas de la derecha para buscar alterar el resultado de unas elecciones que todos ya han apuntado en su cuenta de resultados. Es el sistema que se defiende descalificando, insultando y buscando inhabilitar el movimiento no controlado de los ciudadanos, y que cataloga a los reunidos con el genérico apelativo de “antisistema”. Claro que luego salen los parados, los jóvenes estudiantes, los jubilados,  los padres y madres de familia, unos con rastas y otras con joyas, y al final resulta que todos somos antisistema.

Claro que se ven más jóvenes que mayores, al igual que un sábado por la noche, pero es que eso son cosas de la edad, que no del corazón. El día en que se vean a los padres y madres con los hijos bajo la lluvia entonces ya no hay vuelta atrás. Y es que cuando un sistema no funciona hay que plantearse cambiarlo.

Eso es ser un antisistema: cambiar lo que no funciona.

Sed felices.

Nota: La imagen es de El Ultimo Mono.es

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