Dicen que sólo las derrotas enseñan. Puede que fuese Guardiola, o Mourinho, o el mismísimo Winston Churchill, el autor de esta frase, que sirve a tantos en momentos duros, pero que parece ser que a los partidos no afecta.
Y es que los partidos son entes especiales con la capacidad de no perder nunca. Siempre hay un parámetro o dos en el que encuentran la victoria, o la no derrota.
Como sabemos que les cuesta, hay que simplificarles la cosa, así que vamos por otro de los conceptos que deben comprender que la ciudadanía busca.
PROGRAMAS VINCULANTES
Cuando vamos a comprar un producto cualquiera, la publicidad sobre el producto es parte del contrato, de modo que si las características del producto no coinciden con lo que queríamos comprar podemos devolverlo, o exigir su reparación.
En el caso de los políticos se busca algo similar. Si durante la campaña, se publicitan las bondades de un programa para cuatro años, este programa ha de ser vinculante.
La experiencia nos lleva a saber que no hay un sólo partido que cumpla con su programa, más aún, algunos ni siquiera cumplen parte del mismo y gobiernan en contra.
Lo que se busca es algún modo de poder controlar el cumplimiento de los programas para que las mismas reglas que nos aplican a todos cuando queremos vender nuestros productos, les obliguen a los partidos cuando nos “venden” sus intenciones para el gobierno. En su caso es aún más grave.
Como nota final, esto es una utopía, al igual que la autorregulación de la publicidad. Los partidos no van a legislar en su contra, y siempre surgen cosas que impiden que se cumplan los programas, pero sería bello que un partido creyese en lo “sagrado” del compromiso con la ciudadanía que les dio su voto.
Sed felices.
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