martes, 10 de mayo de 2011

Ni lo uno, ni lo otro

No tengo clara la diferencia entre tener clara una cosa más allá de toda prueba y el sufrir una enfermedad mental.

Si tienes fe, crees más allá de toda prueba aquello en lo que crees, por peregrino que esto sea. Toda prueba que se te presente será descartada por “amañada”, “descontextualizada”, “mal obtenida”, o cualquier otra causa que no rompa el marco de creencia.

Si he de buscar un antónimo a fe este ha de ser escepticismo. Ser escéptico no es más que no creer y atenerse a las pruebas. Ser científico y no extraer más consecuencias que las que se encuentran en los hechos.

Que desde ese momento eres tildado de materialista, y por lo tanto incapacitado para poder hablar de cualquier cosa que por su naturaleza no sea material, es inmediato. Pero… ¿Y si todos estamos locos?

¿Qué pasa si nada es como lo vemos o lo sentimos? ¿Y si lo que vemos no es más que un sueño? ¿Es el mismo ruiseñor el que puede ver un sordo, oír un ciego y ver y oír el que no lo es? ¿Nos hablan los Dioses en sueños, o son bromas de nuestro propio yo?

No, no os preocupéis. Lo importante no es todo lo anterior, sino cómo somos capaces de movernos en ello. Sea sueño o real, las cosas las sentimos y las razonamos de esa manera.

Por ejemplo esta entrada: ¿es sobre fe o sobre escepticismo? Pista: lo digo en el título.

Sed felices.

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