Hoy hace 62 años que se realizó la Declaración de los Derechos Humanos por parte de la ONU.
Leyendo sus 30 artículos uno se da cuenta de lo que la Segunda Guerra Mundial había impactado en la sociedad de mediados del s. XX, y de como hicieron un esfuerzo en intentar poner unas reglas de juego que fuesen buenas.
Y ese es el chiste. Como toda mala resaca, desapareció el recuerdo de la S.G.M. Los políticos se dieron cuenta rápido de que no hay nadie que pueda hacer nada si se “saltan algunos articulitos”, que los que pueden poner las cosas en su sitio… hacen lo mismo que los otros, que las escusas de escaladas nucleares justifican que nos saltemos reglas, y que las dejemos saltar.
Como cosa buena, todas las Constituciones occidentales tienen reflejados los artículos de la D.D.H. dentro de ellas, pero si invertimos un poco, un poquito de tiempo, en leer los artículos veremos que cosas como la situación de la inmigración irregular (art. 6), o las mujeres en muchas partes del mundo (art. 2, 7, 23.2, …), o la de los ciudadanos de muchos países como China, Birmania, Venezuela, Irán, Cuba, y así con una larga lista (art. 2 y siguientes), son cosas que aún están pendientes de ser resueltas. Y dudo que se hagan en el corto plazo por lo interesado que está en personal de que se resuelvan.
Bueno, el título de la entrada es claro. ¿No pensáis que esta Declaración no es más que un mal chiste? Y lo que creo que es peor: ¿respetamos nosotros, en nuestro día a día, los principios de esta Declaración?
Tened un buen fin de semana.
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