De las muchas palabras que tiene el español, y de los muchos significados que se les dan dependiendo de la zona en la que se encuentre cada uno, hay una que siempre me ha llamado la atención: “curao”.
Un “curao” es, en Chile, alguien que se ha pasado en algo con lo espirituoso, llegando hasta perder la compostura, el ser o ambos. Básicamente un borracho, un “mamao”, un “verga” o cualesquiera otros apelativos que le quieran dar.
El “curao” es toda una institución. Nos sirve de ejemplo y contraejemplo. Nos muestra las bondades de la amistad, y los peligros de los excesos. Alegra nuestras fiestas y nos carga al mismo tiempo. En el fondo: nos muestra la dualidad del ser humano de gustarnos y repelernos las cosas al mismo tiempo.
Os dejo con el homenaje que le hizo al “curao” el gran cantante chileno Tito Fernández.
Tened un buen día.
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