Cuando me preparaba para entrar en la Universidad, cursé la asignatura de Dibujo Técnico. Fue una de las primeras en las que las expectativas y los logros no iban parejos, como había sido la norma hasta ese momento.
El problema que se planteaba era más de fondo que de forma. La técnica era comprendida, y ejecutada, pero no llegaba a entender el porqué de las operaciones.
En concreto, una de las que más se me vino a “atrancar” fue la simetría. Y es que aunque cualquiera es capaz de realizar una simetría respecto de una línea recta, sólo entendiendo que esta no es más que una rotación que se sale del plano y se ejecuta en el espacio para volver a “aterrizar” en el plano como un objeto simétrico, es cuando podemos avanzar a formas más complejas.
Por suerte llegué a entenderlo y conseguí acceder a la prueba de selección para la Universidad y continuar… Pero ahí estaba aún la “simetría”.
Tomando café ayer con un buen amigo, me di cuenta de que seguimos con problemas con la “simetría”. En la situación actual, todos sabemos como realizar la operación con una situación sencilla, pero no hemos comprendido el porqué de la operación.
Nos han torcido el eje, y las soluciones no nos salen… Hay que comprender que para resolver esta situación, hemos de salirnos de los esquemas que la gobiernan (el plano), y operar en un contexto diferente (el espacio) para que la solución acabe aterrizando en el plano.
Espero que nos demos cuenta pronto.
Sed felices.
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