El pasado sábado asistí por televisión a un espectáculo grotesco de alegría extrema.
Cuando en las noticias de las 14:00 aparece un candidato a Presidente Regional, encausado por cohecho, que piensa que aceptar sobornos no es algo impropio de un cargo, haciéndose baluarte del espíritu democrático y gritando “ya hemos ganado”, puedo asegurar que algo no está bien.
Cuando veo a una caterva de contrarios diciendo que está mal que alguien diga que no se presenta como candidato a las próximas elecciones, y se exponen como justificaciones desde el continuismo a que no es el momento, algo va mal.
¿Qué puede estar mal en que el actual Presidente no se presente? Llevamos tiempo queriendo que se vaya y ahora resulta que no queremos que lo haga, o que lo haga cuando nosotros queremos…
El punto es que yéndose como se va a ir, será el primer Presidente de la Democracia al que no le derrotan en unas elecciones, y eso duele.
Una persona que ganó la Presidencia a la primera, que revalidó en su segundo mandato y que se marcha antes de perder el tercero, y además dice que lo hace por el bien del país… Y nadie le habrá derrotado en las elecciones… Se va, como quién dice, sin la humillación de ser el perdedor.
Señores políticos, a enemigo que huye, puente de plata. Si no se presenta mejor, que se presenta otro… ¿y qué? ¿No me dirán que su único programa era que estaban en contra del Presidente?
El 22-M tendremos elecciones municipales y regionales. Quiero que me digan que van a hacer con mi ciudad y con mi región, lo otro no me interesa, que ya me interesará el año que viene.
Sed felices
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