martes, 21 de junio de 2011

De dioses y hombres

Me es difícil escribir esta entrada. Difícil porque atiende a algo que siempre he considerado como privado, pero que en este caso lo es además por partida doble.

Como la gran mayoría de mis conciudadanos fui instruido en la doctrina del catolicismo. He de decir en mi descargo que dicha religión no penetró en mi creer más de lo que lo ha hecho el Islám, el Judaismo o el Budismo, y es que rápidamente me vine yo a enterar que esos no eran mis dioses.

Comencé aquí un camino que no hasta hace poco se reveló abiertamente y acabé honrando a los viejos dioses que el Cristianismo desterró. La razón es que dicho culto parte de un principio de equilibrio que si me es natural, tal y como me es extraño el culto a un zombi judio.

Mis dioses son dioses de la Naturaleza, en toda ella, pudiendo representarse de multiples formas, pero siempre alrededor. La piedad que he de mostrar para con ellos es la misma que he de mostrar para con la familia y para con la sociedad. Ninguno de ellos se impone por encima de los demás, y cada uno de ellos se encuentra donde debe, pues la razón final es la búsqueda de un equilibrio entre dioses y hombres.

Honro como dioses, del hogar, a mis ancestros, para que nos protejan y nos guíen. Quien me guió en vida, lo sigue haciendo ahora. ¿Es un recuerdo? ¿Es fruto de mi imaginación? Supongamos que así sea. ¿Qué importa? Yo siento que me guían, al igual que me puede guiar las palabras de Platón o de Seneca.

El punto está en la ausencia de superstición. Los dioses no van a llenar mi cuenta bancaria, o mis lares a llenar mi despensa. Eso lo haré yo mediante el trabajo, la dedicación y el esfuerzo. Su misión es tan simple como la de estar ahí para cuando tenga que contestarme cómo continuar o que hacer.

Ayer era un día dedicado a Plutón, dios del inframundo y anfitrión de las almas. Ayer le ofrendé ante las imágenes de mis lares un buen incienso, y ayer me enteré por un amigo del dolor de la perdida de un familiar de otro. Una coincidencia del calendario, pero que coincidencia.

Crea cada uno en los dioses que sienta, y hónreles del modo que deba hacerlos, y practiquen los sacrificios y libaciones que sean necesarias, pero ante todo respeten los demás las creencias de cada uno.

Dicho esto que vuestros dioses os protejan y os guíen, y ante todo...

Sed felices

2 comentarios:

  1. Acabo de encender una barrita de incienso ante la foto de mi madre. Preciosa entrada.

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  2. Me alegro de que te gustase, amigo.

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