viernes, 28 de agosto de 2009

Duelo


En las ciudades ya no suenan las campanas.

Ding, dang, dong. Ding, dang, dong. Tres toques en tres segundos, cadenciosos, tristes.

A las siete menos veinte no puede ser que llamen a oficio alguno, razón por la que ha de ser otra cosa.

¿Por qué suenan las campanas?

La voz corre: ha muerto Fulanica. Lo ha dicho Menganica, que es prima de su nuera y es a la que han podido contactar. Ella se lo ha dicho a su marido, que tienen las llaves de la iglesia, y sabe cuál es el botón de tocar las campanas.

Las campanas tocan a duelo por uno de los nuestros, de los de ellos.

En las ciudades ya no suenan las campanas.

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