viernes, 10 de abril de 2009

Te recuerdo, Amanda

Una entrada en la bitácora de un amigo, me ha hecho recordar las conexiones entre lugares y canciones, y entre las canciones y los hechos históricos.

La historia no es sólo esas grandes hazañas y los grandes hombres que salpican nuestro acervo cultural. La historia es nuestro recuerdo difuso de como eran las cosas, y la suma de todos nuestros recuerdos es la que nos muestra cómo eramos y como somos.

En 1998 me mudé a Chile a trabajar (sí, he sido emigrante) justo una semana más tarde de que detuviesen a Pinochet, y para ser sincero, fue una experiencia agridulce, pues aprendí lo que es el rechazo, lo que es la ceguera humana que hace que la parte represente el todo.

Allí conocí a buenos amigos, y a otras gentes, pero lo más importante es que hasta el 2001, en el que nos marchamos, pude disfrutar de muchas imágenes que aún permanecen vívidas en mi memoria.

No conocí La Moneda hasta un día lluvioso. Uno no se puede imaginar lo dura que es esa plaza en invierno, o nublado, o sin sol. Ha habido muchos onces de septiembre, y en uno de ellos, la plaza se llenó de fuego, metralla y sangre, haciendo sumirse a Chile en unos años de plomo. Por desgracia para Nino Bravo, su canción "Libre" fue escogida por la plúmbea maquinaria para mostrar de un modo goebbeliano la libertad que decían dar cuando la gran parte del país se defendía de tan pesado regalo. La letra y el momento no coinciden, al menos para mi.

No conocía a Víctor Jara (entono el mea culpa) pero ese día de visita, escuché "Te recuerdo, Amanda", y se convirtió en la banda sonora de esa plaza, para siempre, y de ese momento imaginado en mi cabeza veintiséis años después. Quizás la calle mojada, y el destino de Manuel se juntasen para recordarlo.

Me ha pasado lo mismo con otras canciones, y lugares: un pueblo del altiplano llamado wata-hata y la canción del Los Kjarkas, "El Jilguero Flores", o la autopista 85 camino de Philadelphia y "Born to be Wild".

Sea como sea, sería bueno que nos hiciésemos un CD con todas esas canciones, para que en un futuro, y cuando nuestras memorias empiecen a fallar, seamos capaces de recuperar esos momentos en los que nos unimos a un lugar, y a un momento con una canción.

2 comentarios:

  1. Hace unos meses, mi compañera de despacho de puso un archivo de audio que daba miedo: era un ruido brutal y de muerte: el sonido de los aviones del ejercito chileno sobrevolando el Palacio de la Moneda aquel 11 de septiembre.

    Estar allí, aunque sea años después, debe ser un golpe para el corazón. Lo digo aunque no soy chileno y aunque no viví esa derrota, pero sí soy crítico con la violencia.

    No creas que es mala idea esa del CD para acordarnos de recuerdos. Coño, ¿te puedes creer que a mí algunos me empiezan a fallar? Tendremos que seguir buscando músicas para vivir y sentirnos más vivos.

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  2. Supongo que ella comprende bien la letra de Jara. Lo del CD, en una segunda pensada, me parece un sucedaneo.

    Hoy vamos todos con los MP4, y antes con sus ancestros, pero hemos perdido la costumbre antigua de cantar. No cantamos más que en espacios habilitados para ello, y miramos con sorpresa y hasta desagrado a los jovencillos que lo pueden hacer por la calle. Ese es mejor CD, aunque creo que mejor vamos haciéndolo no vaya a ser que nos olvidemos de las canciones.

    A mi también me pasa. Creo que es un problema del "alma"

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