lunes, 3 de octubre de 2011

MacArthur y la banquera.

Hay ocasiones en las que las cosas vienen así, y hay que aceptarlas tal y como vienen.

Anoche me sometí a una de esas sesiones de puesta al día con la enorme colección de DVDs que uno acumula y vi “MacArthur”. Es una película del pre-reaganismo, y está emparentada con películas como “Midway”, “Un puente lejano” y similares.

imageEn esos años, y tras la derrota en Vietnam, se tiene que tirar de los viejos héroes para mostrar una imagen del ejercito mejor que la de una panda de drogadictos asesinos de niños, narcotraficantes y corruptos. Una muestra parcial de esta visión la tendríamos en películas como “Kelly’s heroes” o “M.A.S.H.

MacArthur tiene un lema que se repite al inicio y al final de la película de manera machacona para que seamos capaces de medir al personaje: “Deber, Honor y Patria” (Duty, Honor, Country). Todo lo que hace este hombre en su vida, nos muestran, se mueve en torno a estos tres pilares.

Unos años más tarde vendrán películas como “Rambo”, “Cobra”, “Navy Seals”, “Delta Force” y muchas otras más que forman parte del Reaganismo, y que tienen como propósito volver al concepto del hombre como hombre. Un tío que hace lo que tiene que hacer y que no le vengan con tonterías legales ni otras leches de cobardes.

Volviendo a lo que me pasó. Acaba la película y apago el reproductor cuando salta un canal de la TV. Estaban mostrando un programa en el que los concursantes han de sortear una serie de obstáculos o dificultades para realizar un recorrido a lo largo de un país. El programa se llama Pekín Express (aunque se desarrolla en África) y en ese momento se centraban en una pareja formada por un matrimonio de directivos. Ella de pronto me trajo a la realidad.

La concursante, en un golpe de honestidad, le cuenta a la cámara que ya no quiere seguir participando “porque no me aporta nada ya”. Luego para justificarse añade que “voy a volver a África y veré el Kilimanjaro. Yo tengo dinero y me lo puedo permitir, así que no tengo que sufrir para poder verlo”. ¡En toda la cara! El cartelito con el nombre de la señora y su profesión aparecen a la vez, y me fijo: “Directora de sucursal bancaria”.

¡Eso es! ¡Bancaria! ¡Esta mujer no tiene que mezclarse con chusma para nada! ¡Se puede pagar un viaje al Kilimanjaro cuando quiera! Es la antítesis del “Deber, Honor, Patria”.

Reconozco que la culpa es mía. Nunca debí poner una película como MacArthur. Tienen que hacer más películas que nos aleccionen y nos muestren modelos a seguir que no se basen en el sufrimiento y el trabajo duro. Nada de Patton, MacArthur, Churchill o cualquier otro cadáver de la Segunda Guerra Mundial.

Necesitamos películas y miniseries sobre los March, los Botín, los Rockefeller, los Kennedy (sobre todo el padre), y gente así que nos muestre lo equivocados que estamos.

Sed felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario