lunes, 10 de octubre de 2011

Ulises y su viaje

Cuando el bueno de Ulises se marchó de Ítaca, no sabía la cantidad de aventuras y sufrimientos que habría de padecer antes de volver a su casa.

Marc Chagall - Ulises y Penélope lito 1975Odiseo se embarcó alegremente a guerrear junto a sus compañeros, surcando el mar en las negras naves, y así lo hizo.

Ulises, el mañoso, ideó el caballo de Troya, y consiguió penetrar en la ciudadela cuyos muros habían construido Febo y Artemisa, para proteger a Hércules. Laocoonte intentó quemar el caballo, pero fue el momento en que las dos serpientes atacaron a sus hijos y acabó pereciendo al intentar salvarlos.

Luego vendría el regreso, Polifemo, el encierro con Circe, y tantas otras aventuras que sufrió en diez años.

Sin embargo, Ulises, aún en la desesperación, se mantiene y lucha por la meta de volver al lado de Penélope.

Si bien el final de la Odisea no es apto para estómagos sensibles, por el elevado número de muertes y su descripción, la hecatombe que se produce nos lleva a la gloria de nuestro héroe, a la felicidad de Penélope y a un futuro para todos, menos los muertos claro.

Todos tenemos un Ulises dentro, sólo hemos de encontrar nuestras Penélopes para poder llegar a Ítaca, al hogar.

Sed felices

Nota: El cuadro es Ulises y Penélope de Marc Chagall (1975).

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