martes, 23 de noviembre de 2010

Pequeñas miserias

En ocasiones nos encontramos con personas que nos confunden. No me refiero a una confusión asociada al mal entendimiento, sino a la confusión que genera el “idiota pernicioso”.

El idiota pernicioso es ese que tiene como meta que los demás no ganen, aunque esto suponga que él llegue a perder. Son los más peligrosos del espectro idiotil, tal y como Ponte Di Pino explica, dado que en su fin último no buscan siquiera el beneficio propio.

Ayer me encontré en una situación en la que mi interlocutor mostraba estos indicios de actividad idiotil, un perder el tiempo para no resolver su problema con la única misión de que yo no resolviese el mío.

Puede, ahora que lo pienso, que el idiota fuese yo. Cualquier otro se hubiese ido, y es que al final el dicho va a ser cierto: “Quién con fuego juega, se quema los dedos”.

Tened un buen día.

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