Somos un país que se conforma con poco. Tenemos un metabolismo nacional que a poco que le sustentes permite que sobrevivamos.
Esta economía de espíritu es la que nos permite aguantar donde otros no lo harían:
Que la economía va mal: bueno, no es problema. Podemos comer y esto es mundial.
Que la política va mal: bueno, la verdad es que todos son así. Da lo mismo unos que otros.
Que la Selección hace el ridículo de manera injustificable: Si es que los muchachos están saturados y se les nota que no están conjuntados…
Nos falta hambre, y sin hambre de más no se llega a ningún lado.
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