miércoles, 1 de julio de 2009

Twitteando

He de reconocer que desde la última visita a mi amigo Juan Pedro ando algo confuso. No es sólo por que me haya enseñado el mundo del Twitter, sino porque además han coincidido una serie de factores que me han vuelto a desestabilizar.

Como los otros factores son gestionables y sólo he de reconducirlos, me voy a limitar a lo que me confunde de Twitter.

En primer lugar, el microblog es un ejercicio de síntesis que te limita a 140 caracteres. Puedes emplearlo como si fuesen los estados del Facebook, pero con un mayor nivel de difusión.

Por otro lado, la relación de seguimiento no es bidireccional: tu puedes seguir, te pueden seguir, u os podéis seguir mutuamente.

Queda por último el modo de empleo. Facebook tiene un uso más familiar, o al menos así me lo parece. Conectas con los amigos, con la familia, compartes fotos, enlaces. En Twitter, la cosa es más compleja. Los comentarios son mucho más medidos, aunque siempre hay "moñas" que se ensucian el entorno, pero sobre todo es como tener un Internet con esteroides, dado que a modo de teletipo te van apareciendo las actualizaciones de las cosas más diversas, y si sigues a gente interesante estarás bastante enterado.

Dentro del modo de empleo tenemos la etiqueta, que es ligeramente distinta, pero es como en cualquier otro medio: escucha antes de hablar, y emplea el modo de los que escuchas. No es imitar, sino hablar como los demás.

Que cierto el refrán: "Allá donde fueres, haz lo que vieres".

1 comentario:

  1. Caramba, amigo, me parece que la próxima vez que vengas al despacho hay que pasar directamente a las cañas... Tanto hablar de Twitter NO es bueno...

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