lunes, 20 de julio de 2009

Hoy es 21 de julio

Hoy, hace cuarenta años, el módulo Eagle aterrizaba en el Mar de la Tranquilidad, mientras el módulo Columbia orbitaba alrededor de la Luna. Esto es algo sólo comparable a la gesta de Cristóbal Colón cuando llegó a las costas de América.

Hoy tengo una sensación rara. Un deseo encontrado de haber querido formar parte de aquel proyecto, pero a la vez darme cuenta de haber formado parte de un cambio social provocado por el desarrollo de la informática y su puesta a servicio de la sociedad.

El ordenador que formaba parte del módulo Eagle tenía una memoria de 72Kbytes de ROM (menos de 590.000 ceros y unos) o la memoria de una lavadora, y una memoria ram de 4 Kbytes (32.768 espacios para cero o uno) para poder ejecutar programas. En 1.985, mis padres me compraron un ordenador con 32Kbytes de rom y 4Kbytes de ram, en 1.989 ya hablábamos de los 640K y hoy con menos de 4GBytes no compras un ordenador.

La Luna se alcanzó mediante reglas de cálculo, lápices, tinta y el uso de ordenadores tamaño armario para los cálculos más complejos. Hoy en día con todos los ordenadores que tenemos nos falta el valor de volver a la Luna.

Hoy hace cuarenta años que llegamos al borde de la siguiente frontera, un mar cósmico en el que debemos aprender a navegar, y para ello necesitamos introducirnos más y más en él.

Me gustaría poder ver la llegada del hombre a Marte antes de unirme al cosmos.

1 comentario:

  1. Hola,

    Si alguien tiene afición por los orígenes de las computadoras que se mire esto:
    http://axxon.com.ar/noticias/2009/07/construya-su-propia-computadora-de-aterrizaje-de-apolo-11/

    Lo de ir a marte lo veo muy lejano. Creo que en aquella época ademas de ingentes cantidades de dinero había ganas de hacer la cosas bien. Se hacían planes de pruebas de verdad y la gente se entrenaba hasta la extenuación. Si no hubieran entrenado como lo hicieron no habrían sido capaces de reaccionar ante ciertas situaciones (por ejemplo las alarmas antes del alunizaje).

    Creo que hay tecnología, lo que faltan son ganas de hacerlo. La industria solo busca el dinero fácil, rápido con el mínimo riesgo.

    Mucho deben cambiar las cosa para que nuestros ojos vean al hombre en Marte.

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