viernes, 13 de marzo de 2009

Numancia

Numancia, esa de cuando éramos pequeños, que era una villa íbera que se enfrentó, junto con Sagunto al Romano invasor, es un paraje interesante a las afueras de Soria.

Una vez, veraneando en Zaragoza, hicimos una excursión para ver los restos de la villa, y conocer un poco mejor la historia de este país. El guía te hace ver las colinas en las que estaban los campamentos romanos de Escipión, y uno puede hacerse a la idea de lo que tuvo que ser aquel desmadre: los unos queriendo ser nacionalistas íberos, y los romanos globalizándolos.

A que viene esto. Pues simplemente a las quejas del sector del cine español. Se quejan de que la gente no va al cine, y no se plantean el tipo de películas que ofrecen a los 10-12€ de vellón que se viene a dejar uno por cabeza al ir al cine (he incluido las palomitas).

Se les olvida que los espectadores son ante todo consumidores, es decir, clientes. Y como clientes, vamos a lo que nos aporta más por nuestro dinero, en este caso satisfacción.

Si en vez de muchas comedietas que se hacen para que gente que tiene tarjetas de visita indicando que son directores de cine, guionistas, etc, y que no alcanzan un nivel mínimo de calidad, se esforzaran por ofrecernos a los espectadores (recuerden que somos clientes) un producto de calidad, habría menos crisis del sector.

En la posguerra, los cines se llenaban. La gente necesitaba evadirse. Hoy en día los cines se vacían. La gente necesita evadirse, y la culpa no es del P2P (la gente va más a conciertos, aunque se venden menos CDs). La culpa es de que un producto defectuoso y caro no es bueno y barato.

¡Vale! Paro, y vuelvo a Numancia. Imaginemos que una productora española quiere hacer una película sobre el asedio a Numancia. Imaginemos también que alguien en Hollywood hace una película sobre el mismo tema.

En la española (90') habría una historia de amor entre una íbera (¿P.C.?) y un romano que salva a su hermano que se dedica a meter comida en la ciudad asediada. El romano es detenido por traidor, el hermano muere ahogado en el río, ella se enfrenta a los cobardes que quieren rendirse, y acabamos la película oyendo como tocan las trompetas romanas antes del asedio final. En el fondo ya nos sabemos la historia, ¿no? La banda sonora, algo étnica, algo andalusí, y con pocos músicos, en plan intimista.

La promoción se haría de la forma habitual.

En la de Hollywood (135') habría un general romano (¿T.C.?) atormentado por los inocentes que van a morir por los opresores dirigentes íberos y que intenta salvar a los íberos que se escapan como pueden de la ciudad para hacerse ciudadanos romanos y algún detalle saludable como una ensalada de tomate (que estamos en la cultura del cuidarse) o algo así.. 75' de batallas con ballestas, catapultas, explosiones de aceite ardiente, legiones por aquí, por allá. Banda sinfonica de 101 maestros para la banda sonora en tono épico.

La promoción se haría de la forma habitual.

¿A cuál de las dos se irían a gastar 10€ de entrada? Pues eso.

PS - Gracias a Dios, en este país hay buenos directores, buenos guionistas, y buenos actores, pero no son los que hacen la mayor parte de las películas.

1 comentario:

  1. Me acabo de acordar de la saga de Alatriste.

    Si en lugar de 1 película que condensa toda su vida, con los mismo actores, decorados, etc. Se hace una película por cada dos o tres libros. Ríete tu de cierta trilogía.

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