miércoles, 12 de mayo de 2010

Soy del Atleti

Estoy nervioso, inquieto, tenso. Hoy juega mi equipo la final de la Europe Leage tras veinticuatro años de ausencia en una final. Veinticuatro años es más de la mitad de mi vida, es casi un cuarto de la vida que tuvo mi abuela. En cualquier caso, más allá de las cábalas que podamos hacer, es demasiado tiempo.

Hoy ha coincidido con el día de entrenamiento de mi hijo. El padre de otro muchacho estaba allí compartiendo nerviosismo. El entrenador escondía su camiseta rojiblanca bajo la chaqueta del chándal del equipo.

¿Tantos atléticos hay? ¿Acaso no es todo el mundo madridista? ¿Cuántos atléticos lo son realmente? ¿Qué es ser del Atleti?

Prefiero escribir esto antes del partido. Se que voy a sufrir. Llevo sufriendo, y gozando desde aquel día en que a modo de alumbramiento entré en las gradas del Calderón.

Tendría unos trece años el momento en el que tras atravesar el túnel y las escaleras que van de las entradas al estadio hasta las gradas. En un soleado domingo de mayo, el verde del campo, el azul del cielo y el blanco sucio del hormigón, servían de marco a esas barras rojiblancas. El advenimiento del Espíritu Santo debió ser algo similar. Un éxtasis, un gozo que sólo es concebible en el Manzanares.

Ser del Atleti es asumir esto. Es saber que tu equipo te va a partir el corazón como una mala novia; que te va a llevar del gozo al llanto antes de lo que piensas, que vas a sufrir mofas, chistes y burlas. Sí, eso es ser del Atleti, pero también lo es el que cuando te cruzas con otro colchonero, la sonrisa de media boca indica una complicidad de los que son iniciados.

Es saber que alguna tarde vas a ver buen futbol, cuando el contrario está al nivel, cuando sale a jugar y a sentir los colores de su camiseta. Es ser consciente de la inmensidad del ser humano, que está apoyando a su equipo, y no un colectivo de espectadores. Es eso y mucho más.

He estado en otros estadios, he vivido en otros países, he conocido otros lugares. He dejado religiones verdaderas y hasta las falsas, y he llegado a renegar del futbol ante el mercadeo y la falta de amor por el deporte que muestran muchos jugadores, pero aún así hay algo que no puedo evitar: ¡soy del Atleti!

2 comentarios:

  1. Emocionante, Apuleyo. Enhorabuena por el triunfo. Los atléticos hoy somos felices.

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  2. Hoy, como un mensaje entre iniciados, he dicho más veces "Aupa, Atleti!" que "Hola". Espero que tardemos menos en volver a ser felices.

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